Safe Creative #1109280474927

Observatorio en mecedora.

Se  pasaba horas frente al espejo sin saber qué hacer con su pelo, en realidad, quedaban pocas partes recubiertas del mismo. Pero él, religiosamente cada día, contaba los pelos que aún asomaban por su cabeza con la esperanza de encontrar uno más en la suma. A veces incluso llegaba a coger una lupa y observaba las calvas por si hubiera alguno a punto de germinar; Lo cierto es que su cráneo no dejaba de ser una pelota casi lisa, un melocotón áspero con hueso duro.
A mi abuelo le encantaba pasar horas y horas perdiendo el tiempo en matemáticas velludas y en meditación. Se sentaba en la mecedora que daba vistas al acantilado, se encendía una vieja pipa de fumar, y con el humo dibujaba pensamientos que bailaban a su alrededor....

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