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Baúl de recuerdos

Mendigamos a los recuerdos trocitos de felicidad, pues pensamos que aquella felicidad era verdadera y única. No nos damos cuenta, de que la felicidad se alcanza cuando avanzamos hacia el abismo, sin miedo a vivir sensaciones nuevas e irrepetibles, que igualmente se irán almacenando en el baúl de nuestros recuerdos. A medida que caemos en el desorden y nos desorientamos, nos aferramos al pasado y no avanzamos, dejamos de construir junto con el mundo nuestro camino. Negamos e ignoramos realidades y verdades, como son los sentimientos. Robamos la vitalidad de otros para sentirnos mejor con nosotros mismos sin dar nada a cambio, porque así entendemos la justicia.

¿Acaso estamos siendo justos con nosotros mismos? Engañarse y lastimarse no es justo para el alma, y mucho menos para el corazón. Entonces... ¿por qué ser justo con los demás? Es sencillo y complicado al mismo tiempo. Tan sencillo como abrir el baúl de los recuerdos y nutrirse de todo aquello que nos rodea, nos habla, nos susurra, nos despeina, nos orienta, nos ilumina, nos critica, nos saluda, nos conduce… y tan complicado como encontrar la forma de abrir dicho baúl.

En ocasiones se encuentra tan bloqueado, que incluso los propios recuerdos allí guardados pelean por encontrar un ápice de oxígeno, e incluso, el odio y el rencor se apoderan de ese baúl de recuerdos, haciendo de las suyas, al igual que los bombones se derriten al sol, manchando y fabricando una capa de chocolate amargo que se va enfriando hasta quedar helado. En este caso, sólo uno mismo puede descapotar esa gran mancha negra que cubre su esencia, pues… ¿qué sería de nosotros si no tuviéramos sentimientos, no vivenciásemos los momentos y no compartiésemos los caminos? Nos convertiríamos en seres inhumanos, y hoy en día eso es lo que pasa. Conviven humanos con inhumanos, dejando que a veces lo inhumano sea lo más humano. Ahora, depende de nosotros tomar un camino u otro. Abramos el baúl de los recuerdos, y no nos cansemos de guardar lamentos, pues después siempre vendrán grandes momentos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

eso!!!!
despeinate torera mí
contra viento y marea
que mi única patria es la Mar!!
y a su barco le llamó LiBERTAD!!
mIRE

Anónimo dijo...

prueba